¿Qué es la fatiga visual?
No se trata de una patología es, más bien, la consecuencia de haber exigido demasiado a los ojos. Aparece tras realizar un esfuerzo acomodativo excesivo. La musculatura del ojo se encuentra más o menos relajada cuando se ve de lejos, al mirar el horizonte, por ejemplo. Pero, cuando se enfoca de cerca, tiene que realizar un trabajo mayor (llevar a cabo un esfuerzo acomodativo mayor). Al pasar mucho rato leyendo o mirando una pantalla, esta musculatura manifiesta cansancio. La fatiga visual también aparece cuando se ha realizado una actividad que exige cambios acomodativos constantes. Para conducir, por ejemplo, los ojos deben pasar frecuentemente de vista de cerca (salpicadero, retrovisores…), a vista de lejos (carretera). En condiciones de mucha o de poca luz, los ojos también se ven obligados a hacer un esfuerzo mayor para enfocar, lo que puede ocasionar este cansancio ocular tan molesto.
Es importante destacar que la fatiga visual se vuelve más frecuente tras la aparición de la presbicia o vista cansada, porque el mecanismo de acomodación empieza a ser más difícil a partir de los 45 años, más o menos.
¿Cuáles son los síntomas?
Las manifestaciones de la fatiga visual son muy variadas, como también lo son las causas que la producen. Además, a cada uno le puede afectar de una manera distinta, dependiendo de su morfología y hábitos visuales. Por lo general, la persona que padece fatiga visual, siente:
Molestias en los ojos. Calor, picor, hinchazón, “arenilla” o pinchazos. Normalmente, se trata de sensaciones internas, que no se manifiestan exteriormente, aunque puede haber excepciones. Muchas veces el enrojecimiento asociado a la fatiga ocular es consecuencia de haberse frotado los ojos para aliviar el malestar. Las molestias mencionadas pueden estar localizadas en los ojos y, también, en el contorno de los mismos, en el puente nasal o en la cuenca del ojo.
Dolores de cabeza. Aparecen también como consecuencia de haber realizado un gran esfuerzo acomodativo. Se diferencian de otros dolores de cabeza (cefaleas tensionales, migrañas, jaquecas…) porque se localizan en la zona de los ojos o la frente e irradian hacia atrás. Además, no se sienten en un solo lado de la cabeza.
Hinchazón y enrojecimiento. A veces, esta sensación de “ojos hinchados” tiene una manifestación externa que, por lo general, viene acompañada de lagrimeo. Es una hinchazón leve que no suele confundirse con episodios alérgicos o infecciosos, ya que, en estos últimos casos, las manifestaciones son mucho más severas.
Visión borrosa. No es frecuente que la fatiga visual venga acompañada de dificultad visual aunque, en algunas ocasiones, quien la padece puede percibir las imágenes menos nítidas. Si se interrumpe la actividad y se descansa, la visión borrosa desaparece enseguida.
Tratamiento del esfuerzo visual
Si quieres dar menos trabajo a tus ojos y retrasar la aparición de la fatiga visual, es importante que sigas las siguientes pautas:
Cuidado con la luz. Asegúrate de que recibes la luz que precisas para la actividad que estás realizando: si hay demasiada o muy poca, te costará más enfocar. Comprueba, además, que no tienes reflejos. Es recomendable que uses lentes de sol polarizadas en exteriores, sobre todo cuando hay mucha luminosidad o cuando conduces.
Haz paradas. Cuando empieces a notar que los ojos te molestan, para un rato y realiza otra actividad más relajante, que no exija tanto esfuerzo de acomodación. Después del descanso, podrás retomar la actividad.
Busca nuevos enfoques. Dedica unos minutos a cambiar los objetos del entorno (alejar un poco el ordenador, por ejemplo) y para mirar algo que esté a larga distancia (a más de 6 metros). Si estás trabajando con una pantalla, aprovecha para comprobar si el brillo es el adecuado y aumenta el tamaño de lo que estás mirando (letras, imágenes…).
Y cuando ya ha aparecido…
Si ya notas que los ojos te pican y que, incluso, estás lagrimeando:
Proporciónales oscuridad total. Puedes conseguirlo tapando tus ojos con el hueco de las manos durante un buen rato. Cuando decidas dar por finalizado el descanso, aparta las manos y abre los ojos muy lentamente, para que no te moleste la luz.
Aplícales frío. Túmbate y ponte una máscara de frío (caliéntala con las manos si acabas de sacarla de la nevera y está a muy baja temperatura) y mantén los ojos cerrados durante unos 10-20 minutos.
Dales un suave masaje. Aplícate una crema hidratante de contorno de ojos y pasa los dedos haciendo círculos por los párpados cerrados y el contorno de ojos. También puede aliviar las molestias asociadas a la fatiga visual ejercer ligeras presiones por la zona de las ojeras, las cejas y las comisuras de los ojos.
Fatiga visual digital
En los últimos años, el mundo digital se ha integrado en la vida diaria. Vivimos rodeados de ordenadores, smartphones, tablets, etc., sobre-exponiendo nuestros ojos a un entorno “multipantalla”. Todo ello propicia la aparición de “nuevos” problemas de visión, como el Síndrome Visual Informático (SVI).
Tal y como se extrae de un estudio reciente realizado por el Colegio Oficial de Ópticos Optometristas de Cataluña (COOOC), llevado a cabo para la campaña “Visión y Pantallas”, una de cada siete personas padece Síndrome Visual Informático (SVI). De acuerdo con sus conclusiones, permanecer delante de una pantalla más de tres horas al día aumenta el riesgo de que el SVI se manifieste. Según los datos extraídos del estudio, en nuestro país, los menores de 30 años pasan 10 horas y media diarias visualizando pantallas; la población entre 31 y 45 años, 9,3 horas; las personas entre 46 y 60 años, 8,3 horas; y, las personas mayores de 60 años, 3,8 horas.
Para evitar la aparición del SVI es importante observar la regla del 20, 20, 20: Apartar la mirada de la pantalla durante 20 segundos cada 20 minutos enfocando a una distancia de 20 pies (6 metros). Los expertos destacan también que es importante que no haya reflejos en la pantalla, adoptar una postura correcta delante del ordenador y cerrar los ojos y parpadear con frecuencia.
ESFUERZO Y
FATIGA VISUAL
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